martes, 1 de noviembre de 2011

Noche de Difuntos...

O Noche de los muertos...O Noche de "finaos"...
Que a mí me sale decir "finados", porque yo soy muy fina, según mis compañeros :)
Aquí se dice "finaos"...
Y aquí, como en el "resto" de España, desde hace unos años, la gente se disfraza de muerto viviente (algun@ no necesita disfraz) y sale a la calle a... algo. De fiesta. Cualquier excusa es buena.

Hemos... bueno, han adoptado esa fiesta anglosajona de Hallowen y creo que lo que se debe hacer es ir con una cesta vacía y tocar en las puertas de las casas diciendo "trick or treat", "truco o trato".
Si dicen "trato", te dejan vivir (en paz) y a cambio les llenas el cesto de chuches.
Me pregunto qué pasa si les dices "truco".

Aqui, por éstos lares, se disfrazan más los mayores que los peques y la historia consiste en pagar por copas. Trato.

Hacen pasacalles, salen a la idem, cantan, bailan, beben y todo, disfrazados de seres venidos del más allá.
Yo me reservo para los Carnavales.

Dejando a un lado la parte más "ocioso" de la fiesta, el día de Difuntos es eso. El día en el que recordamos de una forma más manifiesta, más patente, a los que nos dejaron.
Otro negocio más.
Los cementerios se llenan de gente que, la mayoría, por una vez al año limpian las lápidas, y las adornan con flores.
Por favor, que sean naturales siempre. No hay nada más triste que visitar un cementerio con flores de plástico que han perdido el color por el sol.

Yo... prefiero recordarles todos los días...
En su silla, sentado detrás de la cortina, mirando por la ventana...
En el sillón, con las piernas juntitas y las manos sobre las rodillas, mirando cómo jugábamos con los indios del tio en el suelo... o en la cocina haciendo aquellas maravillosas albóndigas y patatas fritas. O enseñándome aquellas cajas llenas de fotos y cartas... y cómo acabábamos las dos llorando o riendo.
Rodeado de papeles en su despacho, manejando todo con precisión de relojero, dándonos papel y lápiz para dibujar... y cuando te llamaba "vida"...
En la cocina, haciendo mil cosas a la vez, aparentemente sin orden, pero controlándolo todo... en su butaca, a 10 cm. del ventilador... recuerdo el olor de sus batas...
Me quedo con todos sus olores, sus voces en la memoria, sus risas, el calor o frío de sus manos, los besos, los gestos, los pasos, los silencios, las miradas, los abrazos...

Y todos los días, los traigo a mi memoria.

Beso

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