Después de un tiempo silente, rompen esa tela que las separa del mundo y despliegan toda su belleza.
Siempre me gustaron. Quizá por eso me la tatué.
Quizá porque intuía la mía.
Quizá porque sabía que, algún día, en algún momento, sin nombre y sin cara, aparecerías.
Viernes. Un día menos. 21 días.
Yo mataré monstruos por tí.
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