Mañana será el penúltimo día de mi estancia en Las Palmas.
Y sí, digo penúltimo, porque no será el último y no me gustan las despedidas...
GRACIAS... a todos los que os habéis asomado por aquí...
A mis hermanas... por hacerme sentir que soy importante para ellas, por quererme tanto y tan bien, por hacerme sonreir cuando lo necesito y acompañada siempre...
A mis papis... porque son los mejores del mundo y han sabido soportarme aún siendo la tía más insoportable del mundo...
A mis amigos, que se cuentan con los dedos de una mano... pero que son AMIGOS. Prometo que haré lo posible para no fallaros nunca...
Me dejo aquí las inseguridades, la incertidumbre, el que me importe el qué dirán... los miedos, los lloros tristes, la cobardía y el miedo a sentir...
Me llevo el quererme a mí misma, el sonreir, la paciencia, el sol, el moreno, el mirar el mar, las ganas de hacer cosas, tener un huerto, la bici, el toma pan y moja, el crecer, el querer volver a enamorarme... el ser feliz.
Os quiero.