Fin y principio de forma continua. A veces de forma inconsciente.
Y ambos, se juntan, se cruzan, se unen y son lo mismo.
Nunca hasta éste año que he pasado aquí, he sido tan consciente de fines y principios.
De lo agridulces que son, de lo contradictorios que resultan.
Supongo que estoy madurando y, por lo menos, ahora trato de quedarme con lo bueno de un fin y del verde esperanza de un principio.
Me acerco a un fin... y a un principio.
Y vuelvo a estar muerta de miedo.